La verdad, es que quería empezar este apartado intentando hacer una
reflexión sobre el porqué nuestros animales de compañía enferman. ¿Por
qué nuestros mejores compañeros de camino a pesar de estar mejor
cuidados que los salvajes, desarrollan patologías que sólo se encuentran
entre ellos? Al menos a mí me parece más que curioso y digno de
dedicarle unas líneas.
Creo que hay varios factores que han dado lugar a esta circunstancia.
Por una parte está una situación coyuntural de nuestra "sociedad
desarrollada" y por otra está "nuestra ceguera permanente" a no querer
ver aquello que no nos interesa.
En nuestra sociedad, las personas cada vez tenemos más cosas
materiales por las que luchar y mantener, pero sin embargo nos sentimos
muchas veces solos, solos rodeados entre una marabunta de gente. Los
animales en muchos casos se han convertido en sustitutivos del contacto
persona-persona. Son una forma de volcar nuestro amor, nuestra compañía,
nuestras caricias no exteriorizadas, nuestras charlas no
verbalizadas,... su rol inicial se trastoca, se adapta a nuestras
necesidades, a nuestros deseos, anhelos reprimidos, y con ello llega la
humanización.
Tenemos ese ansia de colonizar aquello que poseemos,
incluso a nuestros mejores amigos, de por si fieles, leales,
amorosos,... son perfectos tal cual son, sin más edulcorantes, sin más
adornos, siendo ellos en estado puro. A colación de esto, los humanos somos dentro de la escala animal, a los que más nos cuesta aprender de la experiencia.
Creo firmemente, que lo que no somos capaces de ver en nosotros mismos,
nuestros fieles compañeros nos lo muestran a través de sus ojos. Nos
hacen una llamada de atención hacia ellos, ¿pero son ellos los enfermos?
¿o somos nosotros que les trasladamos nuestras cegueras, nuestras
rabias, nuestras tristezas, nuestras dudas, nuestras incertidumbres,
nuestros desvaríos? No debemos olvidar que los animales, como "seres no
racionales", sienten, perciben y están más abiertos a todas las energías
que les rodea. Tienen una mirada limpia, nítida, sin ideas
preconcebidas, que incluso a pesar de nuestra convivencia, no les hemos
podido borrar.
Creo que sinceramente cuando nuestros animales enferman, debemos
hacer una retrospección a nuestra propia situación, sentarnos y ser
capaces de entrar en contacto con nosotros mismos. Normalmente cuando se dan Flores de Bach a los animales, sus propietarios deben también tomarlas.
No podemos olvidar que entre humanos y animales hay una simbiosis muy
potente. Ellos son un espejo donde mirarnos. Nunca os habéis preguntado
¿qué dueño se esconde detrás de un animal miedoso?, ¿detrás de un animal
agresivo?, ¿de un animal consentido?, ¿de un animal que no soporta la
soledad?...
Cuesta creer que nosotros, que debiéramos aportarles calidad de vida,
ayuda, amor, muchas veces entre esas cosas colamos nuestro lastre
existencial. Y ellos una vez más haciendo gala de ese amor
incondicional, que sólo ellos saben dar, asumen la responsabilidad una
vez más, de permanecer a nuestro lado a pesar de los pesares. Nos quieren tal y como somos, nos aman por encima de todas las cosas.
Hay un dicho con el que me gustaría cerrar, y que reza así "el perro
se acaba pareciendo a su dueño". Creedme, no es por casualidad,.. sino
por CAUSALIDAD.
Esther Coll
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